lunes, 12 de septiembre de 2011

La búsqueda del zapato endemoniado

Escribo este post por empatizar con aquellas personas a las que, como a mí, se les mete en la cabeza comprar una determinada cosa, y mueven cielo y tierra las veces que haga falta hasta conseguirla. En mi caso, se trataba de unos preciosos mocasines de charol marrones de Massimo Dutti.




Aunque su excesivo brillo me echó atrás en un primer momento, al poco tiempo me di cuenta de que era justo lo que necesitaba: un zapato plano, ligeramente formal, que fuese con todo y con un toque masculino sin dejar de ser favorecedor. ¿El problema? Que medio Madrid debió pensar lo mismo que yo, porque me recorrí al menos 5 tiendas buscando los dichosos zapatos, y nada, no quedaba mi número en ninguna. Finalmente una amabilísima dependienta me los buscó por Internet, para averiguar que sólo quedaba un par en Majadahonda, lugar que me pilla un tanto lejos.

Decidí tirar la toalla y buscar algo parecido en otras tiendas, pues tampoco es que sean el colmo de la originalidad. Miré en todo tipo de marcas: Lotusse, Gloria Ortiz, Zara, H&M, Uterqüe, Antonio Parriego, Castañer... Tenían mocasines sí, pero o eran de un color horrible, o tenían el empeine tan largo que mis pies parecían barcas, o eran de ante y similares tejidos que disminuyen mucho su esperanza de vida. En realidad, era de esperar que no encontrase nada si tenía un criterio de búsqueda tan fijo. Al final, acabé comprándome el mismo modelo de zapato pero en color negro. Preciosos igualmente, pero no de aquel marrón-rojizo que tanto me había llamado la atención.


Toda esta historia os la cuento para que cuando se os meta entre ceja y ceja algún determinado artículo, no seáis tan impacientes como yo, porque resulta que los dichosos zapatos aún estaban disponibles on-line, pues Massimo Dutti acaba de estrenar las ventas por Internet hace una semana. Y un plus: te da ideas de cómo combinarlos.


Fotos: www.massimodutti.com


viernes, 19 de agosto de 2011

Hungría y el más hermoso Budapest




No podía evitar tener altas expectativas para el viaje a Hungría que hice con mi familia a principios de este mes. Aparte de la excitación de conocer un nuevo país y una nueva cultura, tenía muchas ganas de hacer un viaje al extranjero con mis padres y mi hermana después de varios años yendo cada uno por nuestra cuenta. Y me alegro de poder decir que la experiencia no me decepcionó en absoluto: Hungría es un país precioso, lleno de monumentos imponentes, pueblos perdidos llenos de encanto y con una capital que es el colmo de la fastuosidad.



Camisa/shirt: H&;M; pantalones/trousers: vintage; cinturón/belt: vintage from The The; bolso/bag: vintage from Mag Pie; gafas de sol/sunglasses: El Corte Inglés.

Aunque merecen mucho la pena otras localidades como Éger, con su castillo medieval, el inmenso lago Balaton, Tokaj con sus famosos vinos o Miskolc-Tapolca y su balneario escondido en medio del bosque; fue Budapest la que sé que quedará más grabada en mi memoria.

 

Sombrero/hat: DIY; americana/blazer: Sfera (old); camisa/shirt: vintage; pantalones/trousers:
Moschino Cheap and Chic vintage; zapatos/shoes: Hakei.
 
Top: HandM; bolso/bag: vintage from Mag Pie; pantalones/trousers: vintage.


Sí es cierto que se respira ese aire decadente y melancólico de los países del Este, con palacios en ruinas y jardines de estatuas cubiertas de hiedra, pero la concentración de monumentos es abrumadora. Todo el centro de Budapest (y cuando digo centro abarco una buena parte de la ciudad, mucho más grande que Madrid) está plagado de edificios palaciegos que se venden cuales casas normales y corrientes. El Parlamento, el Museo de Bellas Artes, la Plaza de los Héroes, la Ópera, el Bastión de los Pescadores, la Basílica de San Esteban, la Gran Sinagoga son solo algunos de ellos.

Vestido/dress: vintage; bolso/bag: vintage from Mag Pie;
sombrero/hat: El Corte Inglés.

 
Y el verlos iluminados de noche, mientras recorres el Danubio en barco, fue uno de las experiencias más bellas de toda mi vida.

 

jueves, 14 de julio de 2011

Hallazgos londinenses

Cada vez que viajo a Londres me convenzo más de que yo debería haber nacido allí. Me siento identificada con su espíritu, a caballo entre la tradición y la excentricidad más transgresiva. Y si ya me llevan al mercado de Portobello, el cual no tuve oportunidad de ver en anteriores ocasiones, pues ya me tenéis mirando precios de alquileres en Notting Hill. Pero como ese sueño se aleja de momento de mis posibilidades, tendré que conformarme con los preciosos hallazgos de esta última visita:
 

Vestido/dress: Zara (old); chaqueta/blazer: H&M; bolso/bag: vintage; cinturón/belt: vintage.

Lo primero, una cámara alemana de 1927 que me salió por el módico precio de 30 libras, lo cual, teniendo en cuenta mi habilidad nula para el regateo, es un logro más que considerable. En realidad ha sido un regalo para mis padres, que coleccionan cámaras antiguas desde hace años (mi pasión por el vintage iba ya impresa en mi herencia genética).

El sombrero de la foto es mi segundo gran hallazgo. Tengo otro prácticamente igual en negro que compré en Madrid en Mag Pie Vintage, y nunca imaginé que tendría que irme hasta Londres (concretamente a una de las maravillosas tiendas retro de Candem Town) para encontrar otro parecido. Teniendo en cuenta el uso que les doy a los sombreros, estoy más que satisfecha con la compra. La pulsera que aparece en el cuelgacollares la compré también en Portobello. Es China, de los años 40 según me dijo la dependienta. Está hecha de bronce y cristal esmaltado, y es una auténtica maravilla. Eso sí, tampoco es para uso y disfrute mío, sino un regalo para mi hermana, que lleva mejor las pulseras que yo.

Y por último, este precioso perchero con una chapa central decorada con dibujos de los años 50. No es realmente vintage, aunque me encantó igualmente, sobre todo porque me ha permitido tirar el perchero horrible que tenía antes, del cual no pongo ninguna foto porque no tiene absolutamente nada de especial.

domingo, 12 de junio de 2011

Imágenes con encanto

Siento decir que ando muy liada con los exámenes de final de curso. En breves llegará un bonito verano en el que me sobrará el tiempo libre, pero hasta entonces solo puedo quitarme el gusanillo de postear con esta pequeña (pero adorable) recopilación de imágenes vintage:








Fotos: The Clothes Horse, The Snail and the Cyclops, Hannah and Landon, otros.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Hasta los tobillos

Puede que la minifalda tenga el liderazgo en el campo del vestuario sexy, al menos convencionalmente hablando, pero yo prefiero dedicar este post a una opción que, si se sabe llevar, puede ser mucho más sensual y elegante. Insinuar, que no mostrar.
Hablo de las faldas y los vestidos hasta los tobillos, que esta temporada empiezan a asomar en los lookbooks de las tiendas pero en un estilo que, al menos a mi gusto, es demasiado hippiesco. Las prendas extra-largas ofrecen muchas más posibilidades de las que parecen y son la prenda ideal si queremos destacar unas piernas largas y estilizadas. Quedan perfectas en mujeres altas y/o delgadas (el tipo cilindro como se supone que hay que decirlo ahora), aunque no por ello tienen por qué dejar de quedar divinamente en otros cuerpos, es cuestión de probar.
Lo más fácil es añadir una blazer remangada, a ser posible entalladita, para contrarrestar con el largo. Si añadimos un bolso bandolera, un cinturón de cuero y un colgante largo es una forma de convertir un vestido de boda en un look un poco más ponible. Para estas épocas de temperatura indefinida, en las que por la mañana te asas y por la noche te hielas, queda la opción de un buen jersey de lana o una camiseta larga. Yo he probado de dos maneras: metido por dentro de la falda y con un cinturón de cuero, o suelto por fuera. Ambas quedan perfectas, depende de cada caso. Eso sí, hay que jugar un poco con el contraste de las telas (algo en lo que me parece que fallan las propuestas de Zara&co): si la falda es de algodón o lana, añade una camisa de raso o seda para darle un toque más estilizado. En cambio, si la falda o el vestido son de gasa, te puedes permitir tejidos más simples, como un jersey calado, como nos propuso Alberta Ferreti para su colección PV 2011.


En cuanto al color, si os queréis decantar por colores ácidos no tendréis problema en encontrar faldas en tonos salmón, verdes o amarillos, ahora que se han puesto tan de moda. Se pueden combinar con camisetas y blusas neutras, pero también pueden funcionar con colores de distintas gamas. Eso sí, yo recomiendo olvidarse de camisetas ceñidas y escoger prendas over-size para potenciar la imagen relajada y no hacer daño a la vista. Si es un vestido negro, para no parecer que vas disfrazada de viuda yo prefiero combinarlo con accesorios en cuero marrón y algo dorado. Es también una buena idea añadir un maquillaje luminoso y dejar para otro día los ojos ahumados.





Por último, a mí me encanta potenciar el lado bohemio y misterioso de las faldas largas con sombreros. Nada de sombreros de paja, mejor bombines, boinas o, por qué no, una pamela.



¿Habéis probado ya las faldas largas? ¿Se os ocure algún otro modo de combinarlas?


Fotos: The Sartorialist, The Clothes Horse, The Snail and the Cyclops, Blooming Leopold Vintage.

lunes, 28 de febrero de 2011

El encanto de Natalie Portman


Este año no haré crítica de los vestidos de la gala de los Oscar, más que nada porque ya será comentadísimo, porque este año he estado más pendiente del aspecto cinéfilo y porque, sinceramente, no tengo tiempo. Pero eso no quita que me sienta obligada a dedicarle un pequeño post a mi querida Natalie Portman. Por su elegancia y su saber estar, por tener los pies en la tierra, por ofrecernos entrevistas con respuestas inteligentes, por su increíble belleza, por emocionarnos en "Cisne negro" y sus películas anteriores (mi especial guiño a su papelón en "V de Vendetta"). Por todo ello, me alegro con toda mi alma de que haya ganado el Oscar. Natalie, mi más sincera enhorabuena. Te lo mereces.

domingo, 6 de febrero de 2011

January Jones...

O cómo ir elegante un día y vulgar al siguiente.





martes, 4 de enero de 2011

Feliz 2011


Ante todo, desearos un feliz año nuevo. Espero que hayáis comenzado estos primeros días con buen pie, y con esa alegría y entusiasmo que se tiene en esta época del año, donde los nuevos propósitos son los protagonistas. He pensado compartir los míos con vosotros, aunque estoy convencida de que coincidiremos en más de uno:

  1. Ser constante en los estudios: llevo toda mi vida estudiando en el último momento, pasando los días pre-exámenes empollando unos bloques inverosímiles de apuntes y sobreviviendo a base de cantidades ingentes de cafeína. Los resultados no han sido malos (parece ser que trabajo mejor bajo presión), pero mi alma y mi cuerpo los sufren. Así que, aunque los horarios ilógicos que tengo este año no me estén dando mucha tregua, ahora que vienen los exámenes de febrero espero ser capaz de cambiar en este aspecto.
  2. Dejar atrás el pasado: aunque me refiero a unos hechos concretos, en general he de admitir que soy una de esas personas a las que les encanta analizar sus actos y los ajenos, buscando múltiples razones y consecuencias, hasta que de tanto retorcerlos y deformarlos acabo por no distinguir lo que realmente pasó. Supongo que es una de esas cosas intrínsecas e inmutables en un ser humano, pero por pura salud mental debería aprender a quitarme esta manía.

  3. Iniciarme en la costura: aunque he hecho mis pinitos con detalles en sombreros, pecheras y un par de faldas, me gustaría aprender a manejarme de verdad con la máquina de coser. Tengo un montón de ideas apuntadas a las que me gustaría dar forma, supongo que será cuestión de pedir un poco de ayuda a mi madre y destrozar las primeras telas. La práctica hace al maestro, ¿no?

  4. Volver a nadar: las posibilidades de que lleve esto a cabo son bastante remotas, pero de la fe también se vive.

  5. Ser menos impulsiva: mi excesiva habilidad verbal hace que muchas veces meta la pata y dé una imagen totalmente contraria a la que quiero dar; dicho en cristiano: soy una bocazas. Si consigo aunque sea por un día pensar dos veces lo que voy a decir consideraré este propósito cumplido.

¡Y no se me ocurren más! Aunque creo que con esto es más que suficiente, que por inflar la lista con chorradas no voy a sufrir una metamorfosis (ni quiero, porque oye, cada uno es como es; que tiene que haber de todo en la viña del Señor). Así que ahora decidme, ¿cuáles son vuestros propósitos para este nuevo año 2011?

Foto: vestido vintage de los años 20, regalo de cumpleaños de mi querida abuela, junto al tocado que os mostraré cuando recupere mi cámara de fotos. La sombrilla, aunque proviene de su propia casa, debe tener más o menos los mismos años. El chal es herencia de mi madre y el colgante es de H&M.
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