lunes, 13 de abril de 2009

Invierno primaveral

Supongo que estos días casi todos hemos dejado los blogs algo muertos con la Semana Santa. Creo que es el primer año que he disfrutado plenamente de estas vacaciones porque, a decir verdad, me suelo aburrir como una ostra. Como casi todos los años, las pasé en La Granja de San Ildefonso, en Segovia, donde tenemos una casa para los fines de semana. Sencillamente me encanta, es el lugar perfecto para relajarse, en un pueblo precioso con un rico patrimonio (aunque eso sí, lleno siempre de turistas) y al lado de la montaña. Aunque tanto rélax puede llegara rozar el aburrimiento, está bien para ir de vez en cuando para desconectar. La vivienda es una buhardilla que se añadió a un antiguo caserón que luego fue un colegio y, años después, se dividió en varios pisos. Aquí os enseño la única foto que tengo a mano, de la sala de estar-salón-comedor (no hay demasiadas paredes que digamos):

Pero sin duda, lo más especial de estas vacaciones ha sido la inesperada nevada. Me levanté con los tejados cubiertos por un palmo de nieve, como en plena Navidad. Jamás había visto nevar durante veinticuatro horas seguidas y mucho menos en abril. Menos mal que iba preparada...

El gorro y los guantes a juego son de mi madre, de hace ya unos cuantos años; al igual que el jersey, que aunque me va como unas cuatro tallas grande queda bastante bien remangado. El pañuelo es de Oysho, los pantalones de Mango y los botines, aunque no se aprecien demasiado bien, de Stradivarius. El abrigo, que ya os enseñé antes, es de Zara.

También me veo obligada a mostraros esta foto que es, como mínimo, impactante.


Resulta que en La Granja es típica la llamada "procesión del silencio" formada sólo por costaleros, un paso que representa a Cristo en un ataúd de cristal y una saeta especialmente triste de fondo. Ver a hombres cargar con cruces que casi les doblan en tamaño, por las cuestas del pueblo y con los pies descalzos es ya de por sí impresionante, pero si es por la nieve ya alucinas. Todos esperábamos que la procesión se anulase, pero tan sólo no salió el paso y la orquesta, que se quedó dentro de la iglesia. Aunque hicieron un recorrido bastante más corto de lo normal, el hecho de atraverse a salir descalzos por la nieve ya resulta increíble.
En fin, ya mañana vuelvo a las clases y con ello a la vida cotidiana. Transporte público, exámenes, apuntes, trabajos... Pero también escribir posts, visitar todos vuestros blogs, empaparse de moda, y sobre todo, diversión, mucha diversión.

miércoles, 1 de abril de 2009

Moda ilustrada




Hace ya un tiempo encontré entre los cajones un cuaderno de dibujo, fechado en 1955. Estaba lleno de retratos a lápiz; simples bocetos, pero con un encanto irresistible. Cundo le pregunté a mi madre me dijo que pertenecía una artista amiga de mis abuelos que vivía en el piso de al lado.
A parte de la belleza de los dibujos, me hizo especial ilusión encontrarlo porque era un registro precioso de la estética de la época: rostros estilizados, cuerpos finos, blusas entalladas a la cintura combinadas con faldas de vuelo extremo, pelo impecablemente recogido... ¿Y para los hombres? Colores sobrios, trajes holgados, sombreros, pelo engominado hacia atrás...
En realidad, la moda no ha cambiado mucho con los años. Y si no fijaos en estos otros:



¿Es o no fácil encontrar hoy en día a una mujer yendo a la oficina con falda de vuelo, jersey de cuello alto y corte bob? Y al ver el segundo dibujo, con el gorrito ancho y las pulseras, ¿no os suena, por ejemplo, a la colección de Dsquared2 para el próximo otoño-invierno 2009?
Al fin y al cabo, es cierto aquello de que todo (o casi todo) está inventado en el mundo de la moda femenina, y que las nuevas temporadas son simples giros de las antiguas tendencias. Aunque yo creo que la revolución de cara a años posteriores, allá por los 70 - 80 en adelante, fue la que trajo la nueva estética hippie (y después el grunge). Parecía que la gente estaba cansada de esas blusas y trajes tan bellos como incómodos que la amiga de mi familia ilustró, y se decantaron por las camisetas con prints de grupos musicales, los vaqueros desgastados y las chaquetas de cuero.
¿Y hoy en día? Pues yo creo que hay un poco de todo. Estamos en la era de la mezcla, los tiempos en los que acertamos combinando botas moteras con vestidos de bailarina, túnicas orientales con vaqueros y tacones, leggings de PVC con blusas de gasa y lentejuelas. Bueno, había que disimular de alguna forma el plagio, ¿no?
Aquí os dejo un par de dibujos más, aunque uno de ellos sin acabar.


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